por Roger Henry
Quiero darles una cordial bienvenida a todas y todos a mi blog, esperando que podamos juntos iniciar una duradera amistad que gire en torno a la música y a las disciplinas artísticas que interactúan con ella. ¡Sean todos muy bienvenidos ¡
La sensación de estar en Bolivia es intensa desde el comienzo. Recuerdo la primera vez que viajamos junto a mi agrupación de soul Blax allá por el año 2019 casi terminando el otoño. La altura y la falta de oxígeno hicieron estrago en algunos integrantes de la banda desde el control aduanero de Tambo Quemado hasta la ciudad misma. Afortunadamente esas molestias físicas disminuyeron a medida que empezamos a interactuar con colegas músicos y seguidores de las presentaciones en vivo. Fue tal la magnitud del cariño que nos entregaron en tan solo 3 días que ahora en este nuevo viaje pudimos verificar que nuestros lazos de amistad se habían fortalecido: Habíamos sorteado 2 años de pandemia y cuarentena sin ningún problema. Les contaré como.
De los miembros de Blax que viajamos aquella vez, casi la totalidad volvimos en este 2022 convertidos en José Macías Quinteto, proyecto ariqueño de jazz con fusiones afrocriollas, andinas y rock que lleva aproximadamente unos 10 años presentándose en festivales de la Arica, Iquique y Arequipa. La conformación actual es: José Macías, composición y guitarra, Miguel Ceballos en bajo, Esteban González en piano, quien escribe, e invitado Martín Romero en charango y cajón peruano en reemplazo de Andrés Álvarez en percusión, que lamentablemente no pudo viajar esta vez. Los 35 años del Festijazz Internacional de La Paz fueron la ocasión para poder entregar nuestra música y poder compartir con distintas agrupaciones y en distintos escenarios de la ciudad, tales como Teatro doña Albina del Espacio Simón I. Patiño, Teatro Nuna Espacio Arte, Cacique Siñani, Centro Cultural Thelonious o la Feria Dominical de Mil Colores que se realiza en El Prado Paceño. Fue en esos lugares donde pudimos reencontrarnos con aquellos mismos músicos que en aquel 2019 nos habían facilitado mucho la estadía, las presentaciones, los contactos, los traslados, la audiencia.
Con Takesi habíamos compartido escenario por primera vez en Arica en un pub céntrico en 2019. Pudimos conversar brevemente con ellos ya que viajaron esa misma noche de regreso a La Paz. Ahí conocimos a los destacados músicos Heber Peredo en piano y Cristian Laguna en bajo, los cuales reencontramos en la gira que realizamos con Blax a los pocos meses después, agregando al maestro Iván Guzmán, quien en una presentación nos pudo facilitar la batería para poder tocar en un hotel. Destaco la presentación en el Thelonious ya que nos hicieron sentir como en casa con tanta calidez brindada hacia nosotros. Muchas veces los músicos tenemos que afrontar situaciones hostiles con dueños de locales por cosas relacionadas con el trato y el respeto hacia el artista. Acá, todo lo contrario. Una verdadera fiesta y este año no fue la excepción.
Nuevamente atravesando los controles fronterizos, pero ahora con la experiencia pasada y al parecer con el cuerpo más tolerante a la altura, fuimos acogidos en pleno centro de la ciudad gracias a la gestión del gran Ángelo Jove, para quien no tengo más que palabras de agradecimiento, y que estoy seguro quedarán cortas por todo el despliegue de tiempo y energía realizado para cumplir con la logística de nuestras presentaciones en este importante festival de jazz. No hubo un día en que no sintiéramos su preocupación y disposición. Realmente, una mención totalmente aparte hermano.
Con Ángelo habíamos coincidido una vez en un festival en la vecina Iquique hace un par de años para luego tocar juntos en Arica en julio de este 2022 luego de un accidentado control fronterizo, en que lamentablemente salió damnificado el baterista de Swank, su banda. Tuve que ser reemplazo de emergencia para las 2 presentaciones que tenían en la ciudad incluso ese mismo día, lo que por suerte pude sortear gracias a que el repertorio que traían era conocido y bastante querido por mi. Era como tocar aquellas canciones que en mi niñez oía en la radio mientras mi madre cocinaba (Siempre se agradecerá aquella nostalgia que nos brinda la música). En esa oportunidad vino acompañado por los tremendos David Aspi en guitarra y Efraín Blass en bajo, con quienes cualquier falta de ensayo se puede revertir gracias al talento y profesionalismo con que cargan. Se hace muy fácil y placentero tocar cuando los músicos tienen tamaña calidad y lo que pudo ser una estresante y angustiante velada se convirtió en un verdadero deleite.
Volviendo a este Festijazz 2022, tuvimos la oportunidad de tocar en 4 ocasiones, 2 veces por día. Menciono ahora la presentación al aire libre en El Prado en la feria de Mil Colores, donde compartimos escenario con Víctor Hugo Mercado y la Yujra Jazz Dixieland. Jazz Rock visceral y ese bello sonido del clásico Dixieland que nunca nos debe hacer olvidar que, por más que sea jazz, se puede y debe bailar en cualquier lugar. Fue una joya oírlos, especialmente al interpretar solemnemente la imponente Amazing Grace, pieza que es capaz de emocionar hasta al más férreo no devoto del mundo. Me incluyo en ello.
También deseo destacar que esa feria es organizada semanalmente por la administración local y ahí te puedes encontrar con artículos de todo tipo, artesanías, aeróbica, actividades para niños, stands de alcohólicos anónimos, cuidados de salud, etc, etc, etc y los infaltables escenarios para música en vivo, donde puedes disfrutar desde bandas de folklore, cumbia, rock y jazz como en esta oportunidad. Eso es una tónica indiscutible que pude percibir de la tradición festiva boliviana y que más adelante alguien se encargó de reafirmar notablemente.
En la tarde de ese mismo día nos tocó presentarnos junto a Takesi en el moderno Espacio Simón I. Patiño. Digo moderno, uno porque es bastante joven y dos, porque cumple certeramente con los estándares de un teatro de excelencia en cuanto a acústica, implementación, comodidad y seguridad. Es un lujo tocar ahí. Sentimos la responsabilidad de estar a la altura de la ocasión. Es tan notable en su calidad que la próxima producción de Takesi será la grabación en vivo que tuvieron ese día, retomando aquella gloriosa costumbre de grabar temas en vivo y no por pistas como ya casi nadie hace. Takesi se niega a que se extinga esa bella tradición y los aplaudo por eso ya que demuestran toda su calidad interpretativa que con el quinteto tuvimos el honor de presenciar y oír a gran nivel. Nuestra presentación tuvo una excelente acogida, todo realzado por el notable sonido e iluminación logrado por el equipo técnico del teatro. En esta oportunidad, el maestro Iván Guzmán me facilitó su amedrentador set de platillos para que los pudiese usar a piacere en ese recital. Hasta sus baquetas autografiadas me regaló. Un verdadero crack hermano.
Para el último día tuvimos el honor de entregar impresiones, conocimientos y música en la clínica que realizamos en la Universidad San Francisco de Asís, USFA. José Macías se encargó de profundizar en la temática y contexto de sus composiciones y junto a Martín Romero complementamos su entrega con charango virtuoso, percusión y mi batería (los otros integrantes debieron viajar antes). Nos hicieron muy buenas preguntas, pero me voy a quedar con una palabra mencionada por un ilustre maestro que asistió a esa actividad y que sintetiza todo ese espíritu festivo y fraterno que caracteriza a este bello país: “Bailivia”(alusión a Bolivia y su inmanente conexión con el baile). Ese mismo espíritu que trasciende fronteras o controles fronterizos y desemboca en pasacalles o carnavales de mi ciudad. Un verdadero poder destinado a no apagarse. Jallalla.
Posteriormente, tuvimos el honor de conocer las modernas instalaciones de producción audiovisual de la USFA, en donde fuimos cordialmente entrevistados, como también los demás invitados extranjeros del Festijazz. En la tarde celebramos junto a Ángelo Jove lo sublime que fue esta travesía con una deliciosa trucha frita a las orillas del lago Titicaca en la localidad de Huarina. Un broche de oro para lo que para mí será una experiencia inolvidable en cuanto a amistad, fraternidad, música e intensidad, la que solo acabó tras el último y más fastidioso control fronterizo de todo nuestro viaje, en el retorno a nuestra querida Arica.
Gracias amigos, gracias hermanos, gracias La Paz, gracias Bolivia… (o puedo decir “Bailivia”…?).
Fotos: Esteban González, Ángelo Jove, José Macías y la producción del Festijazz.
¡Nos vemos en el próximo blog!